Los Ángeles, momentos de tensión en nueva toma de Campus de Universidad de Concepción

Momentos de tensión en nueva toma de Campus Los Ángeles de la Universidad de Concepción. Fotografía: Perspectiva Visual

[pullquote]  Video incidentes [/pullquote] La tensión llegó al máximo en la Universidad de Concepción Campus Los Ángeles cuando tras una toma efectuada por un número de unos 25 a 30 alumnos en la madrugada del jueves, parte de los estudiantes que a la mañana siguiente llegaron al plantel educacional trató de recuperar el campus por la fuerza. La sede universitaria resultó con destrozos en sus puertas de acceso, provocadas no por los alumnos en educación sino por un grupo de estudiantes que a toda costa intento ingresar a la casa de estudio superior, quebrando los vidrios y dañando la mampara de acceso, además de cortar una manija de la puerta secundaria.

Fue tan álgido el ambiente y tan inminente la confrontación  entre los dos bandos estudiantiles, que las agresiones verbales y las amenazas afloraron por parte de los más alterados que querían recuperar por la fuerza la sede universitaria, que fue necesaria la llegada de un contingente de carabineros para calmar los ánimos.

Los alumnos en toma pertenecientes al Movimiento Universitario Revolucionario, que sigue las instrucciones de la Confech, (pese a que tanto la Federación de Estudiantes como los Centros de Alumnos desconocen los instructivos de la confederación de estudiantes de la educación superior en los planteles tradicionales de la ciudad de Los Ángeles) habían sido desalojados la mañana del lunes. Pero persistieron en sus intentos, el martes en la noche intentaron tomarse el recinto universitario, siendo repelidos por los guardias de la universidad, acción que ya había sido cuestionada por los estudiantes quienes denunciaron agresiones  por parte de los funcionarios de seguridad.

La madrugada del jueves lo lograron gracias a la presencia mínima de guardias, con lo que se había dado inició a la cuarta toma del plantel educacional, sin embargo, esta vez la oposición de una parte de los alumnos que no quieren perder clase, fue muy vehemente. Los estudiantes se saltaron un cerco e ingresaron por la parte posterior, caminaron por los techos, pero no lograron ingresar al recinto gracias a las defensas en las puertas traseras, además de ser cohibidos por la presencia de medios de televisión.

Sin embargo tras volver al frontis de la casa de estudio superior, este grupo de exaltados, que no superaba los 12 alumnos, aunque contaba con el respaldo de una mayoría de los estudiantes en las afueras, quebró el vidrio de la mampara de entrada, y posteriormente intentaron con una cierra, cortar la manija de la puerta que los separaba de los tomados.

El enfrentamiento parecía inevitable, pero debido a los destrozos, y la conmoción pública, llegó hasta el lugar un contingente de carabineros, quienes inmediatamente disuadieron a los jóvenes de cualquier acción que provocará que comenzara un conflicto mayor. El capitán de Carabineros Jorge Carrasco, intermedió entre ambos grupos de estudiantes, orientó a la subdirectora académica sobre las acciones a seguir y consiguió que los alumnos que ocupaban el Campus depusieran la toma.

Los 17 estudiantes que permanecían todavía al interior de la Universidad, fueron escoltados por carabineros para evitar cualquier incidente a su salida, incluso se les brindó traslado a un lugar seguro en el bus policial, mientras los antecedentes de la breve toma y los destrozos ocurridos por el casi enfrentamiento de alumnos con ideas distintas, fue informado a la fiscalía local.